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“La casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de la felicidad” Le Corbusier

La alegría proviene del encuentro innegociable entre tus expectativas y los atributos del proyecto. Las expectativas salen a la luz con la investigación y el conocimiento. Es una lista de sueños por cumplir, y el deber de un diseñador es interpretar tus sueños y hacerlos realidad. Los atributos son el tren y tus expectativas son la estación. Para llegar al destino se debe ser observador, curioso, humilde y empático. No hay espacio para posturas unilaterales ni para propuestas que ignoren tus necesidades, hábitos y gustos. A veces debemos estar dispuestos a ceder en decisiones que parecen correctas desde el punto de vista arquitectónico para dar paso a la retadora tarea de lograr la mejor solución posible sin perder de vista tus deseos como cliente. Gran parte del trabajo de un estudio de arquitectura y diseño interior consiste entonces en exponer con argumentos ciertos cuales son los aspectos determinantes de un proyecto y adaptar los demás para alcanzar un punto de encuentro correcto en beneficio de tu experiencia de vida. Nunca sacrifiques lo que sabes que quieres por una visión cautivadora que no reconoce el valor de tus deseos. Eres tu quién va a vivir y a disfrutar su nueva casa, y debes actuar como el diseñador de tu nueva vida.

El mejor camino

Una vez tienes claro el alcance de tu proyecto y te sientes cómodo con la propuesta del estudio al que acudiste, es importante que permitas que el proceso fluya con mucha libertad. Por supuesto que hay temas que deben estar siempre bajo estricto control como son: el presupuesto, el tiempo y los programas que configuran las distintas experiencias en los espacios. Sin embargo es a partir de la movilidad y de la posibilidad de romper algunos paradigmas que un estudio puede desarrollarte una propuesta más apropiada, más arriesgada y más valiosa. Es un ejercicio de confianza que debe arrojar un resultado atípico y completamente satisfactorio para las dos partes. La clave es soltar, apoyándose en la experticia de tu aliado a través de una conversación abierta y constante. Al final de esto se trata, de desarrollar un diálogo permanente para que puedan converger tus inquietudes y expectativas, con las ideas y propuestas del estudio.

Tener el valor

Quieres abrir la puerta de tu casa nueva o remodelada y sentir que cada peso invertido se ha multiplicado, y que el esfuerzo ha hecho de ese lugar algo más valioso. Y esta sensación la puedes vivir cuando te apoyas en un equipo que explota apropiadamente el potencial del espacio, porque no hay lugares correctos o incorrectos. Siempre puedes materializar una propuesta acertada teniendo en cuenta las posibilidades de una vivienda. Ahí es donde con tu información y la habilidad de tu asesor puedes obtener el mayor retorno de tu inversión. Muchas veces has tenido dudas sobre las posibilidades constructivas de una casa o apartamento. Contar con un concepto arquitectónico y un análisis de las opciones de diseño interior puede liberarte de esas dudas y aterrizarte en la realidad sin sacrificar ninguna de tus aspiraciones. Al final quieres estar seguro de que tu decisión es la correcta y que puedes lograr configurar una inversión provechosa en tu vivienda, y esto lo puedes lograr eligiendo entre las distintas alternativas de lo que se puede hacer, es decir, depurando tus expectativas.

En busca de la felicidad

Seguramente has oído muchas historias de amigos y conocidos que han tenido todo tipo de experiencias desarrollando el proyecto de su casa. Unas buenas y otras no tanto. El proceso no debe ser doloroso. Si las cartas están todas sobre la mesa desde el comienzo seguramente no habrá sorpresas y el resultado final te hará inmensamente feliz. Tu no necesitas un genio de la arquitectura que no sea capaz de moverse un ápice en sus convicciones. Lo que debes buscar es un aliado que tenga la capacidad de escucharte de manera desprevenida, sin preconceptos definidos y sin decisiones inamovibles. Tu felicidad estará asegurada si permites que el estudio que escogiste realice su trabajo de forma libre respetando los lineamientos planteados por ti como director de tu proyecto de vida.

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